En esta serie, el cuerpo humano encuentra un reflejo surrealista en frutas y vegetales sometidos a “tratamientos estéticos” que alteran su autenticidad. A través de estas imágenes, ALTERED NATURE evidencia cómo la búsqueda de la perfección puede deformar tanto lo físico como nuestra percepción de lo que significa la belleza.

Desde un kiwi afeitado hasta un melón con crema antiarrugas, las composiciones de ALTERED NATURE son una poderosa sátira de las intervenciones cosméticas. Otras imágenes muestran una mazorca con “dientes blanqueados”, un racimo de uvas con lentillas de color, un plátano maquillado y una naranja luchando contra su “piel de naranja”. También encontramos una fresa eliminando sus puntos negros, una pasa rellenando sus arrugas y un coco que tiñe su cabello. Cada fotografía, cargada de humor visual y teatralidad, invita a reflexionar sobre cómo la sociedad moldea cuerpos e identidades al mismo tiempo que estandariza lo natural.

«Queríamos explorar cómo hemos llegado a rechazar nuestra esencia natural, viendo lo ‘imperfecto’ como un defecto y persiguiendo una ‘perfección’ inalcanzable», señala Carolina Micó. «Las frutas, como símbolo de pureza, ilustran esta contradicción: son moldeadas y manipuladas igual que nuestros cuerpos».

Por su parte, Jorge Kánovas aporta su virtuosismo técnico, dotando a cada imagen de una estética publicitaria que juega con los códigos visuales del marketing cosmético, pero para subvertirlos y cuestionar los ideales de belleza impuestos. Con un enfoque minimalista, lleno de detalles conceptuales, ALTERED NATURE es tanto una obra visualmente exquisita como un manifiesto que invita al debate urgente sobre la relación entre el cuerpo, la identidad y la belleza en el siglo XXI.

La idea de esta serie surge de la experiencia personal de Carolina Micó: «Yo misma he caído en estas prácticas: tratamientos, retoques, dietas… Y cada vez me pregunto más: ¿por qué lo hago? ¿Por qué rechazo partes de mí para encajar en un ideal que ni siquiera sé si me representa? Me sentía ridícula».

La colaboración con Jorge Kánovas, cuyo trabajo admira profundamente, nació de su capacidad para crear imágenes cautivadoras que cuentan historias. «Fue un placer trabajar juntos en este proyecto y convertir una idea tan personal en un mensaje visual poderoso», asegura Micó.