Verdes alerta de las consecuencias irreversibles que este modelo puede conllevar: la alteración del paisaje, la pérdida de biodiversidad, la desaparición de zonas agrícolas activas y el daño directo a sectores como el de las cooperativas locales, las bodegas o las almazaras.
“Estas plantas se imponen desde instancias superiores, tanto del Gobierno central como autonómico, sin dar voz ni capacidad de decisión real a los ayuntamientos”, critican desde la asamblea local. La formación asegura haber intentado cambiar el rumbo de este proceso a través de recursos y conversaciones con la administración, sin éxito hasta el momento.
En el ámbito local, el concejal verde Francisco Iniesta está trabajando en una modificación puntual del suelo no urbanizable que permita establecer criterios claros para futuras instalaciones. Aunque esta medida no afecta a los proyectos ya presentados, Verdes destaca que es un paso importante para intentar ordenar y proteger el territorio a partir de ahora. En este sentido, también recuerdan que ya se ha aprobado un Estudio de Paisaje, herramienta clave para planificar el desarrollo de las energías renovables de forma compatible con el entorno.
“La transición energética es necesaria y urgente, pero no a cualquier precio. Apostamos por energías limpias, sí, pero desde el respeto al medio ambiente, al paisaje y a quienes habitan y trabajan en el territorio”, concluyen.