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VIDA BOOKOLICA EPISODIO 05 – “MUERTE EN VENECIA” con Marcos Flor

9 de febrero de 2024

Nuevo programa del espacio dedicado a devorar libros en las Tardes de COPE Villena MQR, esta vez repasamos con Marcos Flor un clásico como es Muerte en Venecia, del Premio Nobel Thomas Mann.

Escucha aquí el episodio completo:

La muerte en Venecia

Un viaje bien elegido. ¡Oh Venecia! ¡Magnífica ciudad! Ciudad de irresistible atracción para las personas ilustradas, tanto por el prestigio de su historia como por sus actuales encantos.

A lo largo de la historia de la literatura, autores y autoras de todos los rincones del planeta nos han brindado narraciones de lo más variadas. Algunas de ellas, innovadoras, rompen con todos los moldes establecidos para dejar al lector meciéndose en un limbo entre la realidad y la ficción. Otras, sin embargo, presentan argumentos que han acompañado al ser humano desde sus comienzos. Y a este segundo grupo pertenece «La muerte en Venecia», novela breve del premio Nobel de Literatura de 1929, Thomas Maan, quien logra crear un sutil juego entre temas tan universales como la belleza, el amor platónico o la enfermedad, todo ello envuelto por el escenario Veneciano. 

El protagonista de la historia, el afamado escritor alemán Gustav von Aschenbach, siente una imperiosa necesidad de viajar, como le viene sucediendo a la largo de su vida, y pone rumbo a la Ciudad de los Canales. Allí, entre góndolas, puentes y calles adoquinadas, queda prendado por el encanto de un joven al que admira desde la distancia y la introspección. 

Eran ganas de viajar, nada más; pero sentidas con una vehemencia que las potenciaba hasta el ámbito de lo pasional y alucinatorio.

«La muerte en Venecia» es una novela corta que encierra uno de los más exquisitos y cuidados estilos de la literatura del siglo XX. Con una erudición propia de un nobel, Mann nos describe la fascinación humana hacia la belleza y la transformación en amor que en ocasiones se desprende de esta. Pero la decadencia y la obsesión también están presentes, danzando con tal habilidad que no hace sino elevar la calidad de la obra, atribuyendo a sus personajes una humanidad que busca empatizar con nuestros sentimientos más profundos. 

Y es que no es lo único que nos toca de cerca, pues una epidemia se cierne sobre la ciudad y sus habitantes. Con la muerte acechando, cada segundo se saborea como si fuera el último, la pasión por atrapar la belleza de la vida se magnifica, los grandes referentes grecorromanos se dejan ver por entre sus páginas, y pasado y presente se entretejen hasta formar el finísimo hilo que es el relato. 

Esta obra llegaría dos años antes del comienzo de la Primera Guerra Mundial y, de cierto modo, parece prever la decadencia que estaba a punto de cernirse sobre el continente europeo. Sin olvidar que lo bello, todo aquello que merece la pena, siempre está presente para quien sabe observar con atención. En definitiva, una oda a lo apolíneo —y en cierto modo a lo dionisiaco— que, en voz del autor: La palabra solo puede celebrar la belleza, no reproducirla.

Así era Venecia, la bella insinuante y sospechosa; ciudad encantada de un lado, y trampa para los extranjeros de otro, en cuyo aire pestilente brilló un día, como pompa y molicie, el arte, y que a los músicos prestaba sones que adormecían y enervaban.

 

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